(30 DE ENERO, 2023) Por J. Jesús Esquivel.
El Cártel del “Tartamudo”
Brooklyn, N.Y. – La primera semana del juicio por narcotráfico y colusión con el Cártel de Sinaloa en contra de Genaro García Luna en la Corte Federal del Distrito Este en Brooklyn, Nueva York, exhibió otro hecho que caracterizó a los sexenios de Vicente Fox y Felipe Calderón: que entre sus entrañas operó un cártel de narco corrupción.
Erin Reid, la fiscal del Departamento de Justicia, expuso ante el jurado calificador y del juez Brian Cogan y sobre una pizarra, la fotografía de los integrantes de la agrupación criminal que ayudó al Cártel de Sinaloa a empoderarse y a controlar casi todo el territorio de México durante las presidencias de Fox y Calderón, con mayor énfasis en la del último.
Para que entendiera el jurado por qué el gobierno federal de Estados Unidos acusa de 4 cargos de conspiración internacional de narcotráfico al amigo, asesor, confidente, mano derecha y secretario de Seguridad Pública de Calderón, como en un tablero de ajedrez la fiscal fue colocando de manera descendente sobre la pizarra las fotografías del capo mayor y subalternos que integraron el cártel de narco corrupción.
Genaro García Luna, capo de capos, Luis Cárdenas Palomino y Ramón Pequeño García, brazo derecho e izquierdo del primero, sus operadores y sicarios con charola del gobierno federal; Armando Espinosa de Benito, Edgar Millán, Domingo González, Iván Reyes Arzate, Víctor Garay Cadena, Edgar Enrique Ballardo del Villar y dos más, a quienes Reid identificó sólo por su primer nombre o apellido: Eloy y Villegas.
Por medio del cártel de narco corrupción de García Luna, los narcotraficantes que en los sexenios de Fox y Calderón dominaron las exportaciones a Estados Unidos de cocaína, heroína, mariguana y metanfetaminas ganaron miles de millones de dólares al año tal y como lo aseguró ante el jurado y Cogan uno de sus exintegrantes: Sergio Villarreal Barragán, “El Grande”.
Los 18 miembros del jurado: 12 titulares -siete mujeres y cinco hombres- y los 6 suplentes -tres mujeres y tres hombres-, no hicieron otra cosa más que observar con asombro la pizarra con las fotografías del cártel de narco corrupción de García Luna (CNCGL).
Al frente del jurado se encontraba inexpresivo y sin mirar hacia ellos ni a la pizarra, el capo de capos de la organización criminal que, a billetazos verdes de a 100, encumbró a criminales gracias a la ignorancia u omisión de Fox y Calderón; a los líderes del Cártel de Sinaloa: Ismael “El Mayo” Zambada García, Joaquín “El Chapo” Guzmán Loera, Juan José Esparragoza Moreno, “El Azul”, Ignacio “Nacho” Coronel, Amado y Vicente Carrillo Fuentes; y a Arturo, Alfredo y Héctor Beltrán Leyva.
En la sala de 8D del juez Cogan, y sin el menor aspaviento, El Grande contó que “El Tartamudo” -como aseguró que Arturo Beltrán Leyva apodaba al líder del CNCGL-, mensualmente recibía de la polla o colecta que se hacía entre todas las fracciones del Cártel de Sinaloa la módica cantidad de un millón o un millón y medio de dólares en efectivo. Puros verdes de a cien en fajos de 50 mil y luego en pacas de a 100 mil.
“¿Dónde están los millones de dólares?, ¿dónde está el dinero? No existe”, preguntó y se respondió ante el jurado, el juez y los fiscales, César de Castro, el abogado de oficio que defiende al Tartamudo.
Que me perdonen mis padrinos los Hijos del Averno y el mismísimo Chamuco por echar mano de un perjurio y mencionar a la competencia para, desde mi palestra, responderle al abogado del capo del cártel de narco corrupción. El Tartamudo puede ser pendejo, pero va a mi misa. Ni modo que el confidente de Calderón metiera en bancos de México o debajo de su colchón las pacas de verdes.
La tarea monumental que tienen al frente los fiscales del Departamento de Justicia es demostrarle al jurado justamente en dónde escondió El Tartamudo la parte de los millones que le tocaron y a quiénes más les repartía parte de las pacas dentro de la presidencia de Fox, que lo hizo director de la Agencia Federal de Investigaciones y en la de Calderón, quien por andar en el agua no vio ni se enteró lo que hacía el arquitecto de su Sexenio de la Muerte.
“¡Follow the money!”, dijeron en una película gringa, como fórmula para agarrar a los rateros, corruptos y criminales.
¡Hay nos vidrios! Me voy a Brooklyn a seguir atestiguando el juicio contra el Tartamudo.
